Es oficial. Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 seguirán llamándose de esa forma pero se celebrarán en 2021. La crisis por la pandemia del coronavirus derivó en una consecuencia que se veía venir desde hace rato. Las federaciones deportivas de casi todos los países coincidían en que lo más prudente y recomendable de cara a la seguridad de los atletas, aficionados y personal al servicio de la organización era retrasar o suspender los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, cuyo comienzo estaba previsto para el 24 de julio con final el 9 de agosto.
La resolución final llegó tras el acuerdo entre el primer ministro nipón, Shinzo Abe, y el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, quienes habían recibido muchas y lógicas presiones desde todo el mundo del deporte en el último mes.
Suspensión de los Juegos Olímpicos 2020
La pandemia del Covid-19 que tanto daño ha dejado en China y que ahora ha trasladado el foco de principal preocupación a la Europa mediterránea, ha trastocado la vida de prácticamente todos los seres humanos. Los países están adoptando medidas como cerrar su espacio aéreo, prohibir la apertura de colegios y comercios o incluso obligar a la población a permanecer en sus hogares salvo para abastecerse de productos de primera necesidad.
Bien es cierto que las medidas están siendo desiguales en función de cada país, así como la incidencia del virus que si bien hasta ahora apenas se había dejado notar en África y Oceanía, ya se está asentando y empezando a emerger en distintos brotes. Los Juegos Olímpicos no podían permanecer ajenos, y esta noticia se asimila a las recientes que estamos conociendo de la suspensión de Eurovision 2020 o la Eurocopa de fútbol 2020, así como las competiciones deportivas tanto de cada país como internacionales.
El COI, sin otra opción
El COI ha intentado esperar lo máximo posible para tomar esta decisión, con la esperanza de que la expansión del virus remitiera y nos permitiese a todos volver cuanto antes a la normalidad. No ha sido así, y países muy afectados como Italia y España, ya hablan de continuar con el confinamiento en casa como mínimo a mediados de abril.
Si bien un gran número de deportistas y federaciones deportivas ya se habían pronunciado solicitando la suspensión del evento, han sido las federaciones estadounidenses que son las más poderosas, las que se han mostrado más exigentes en la solicitud de la suspensión de los Juegos Olímpicos, lo que podría haber desequilibrado la balanza entre el sí y el no, en la dicotomía en la que se encontraba el COI.
Otra acción que ha sumado peso a la no celebración ha sido la decisión de Australia de no permitir a ningún ciudadano australiano, ni tan siquiera a los deportistas olímpicos, viajar fuera del país.