La llegada del Real Decreto de Publicidad del Juego sigue dando de qué hablar incluso después de su aplicación. Desde el Consejo Empresarial del Sector del Juego privado en España, CeJuego, advierten de la proliferación del juego ilegal y del posible cierre de empresas que cumplen con las normativas.
Riesgo de crecimiento del juego ilegal
Así lo ha expresado su director general, Alejandro Landaluce, también aclaró que es pronto para sacar conclusiones, pero que tenemos el reflejo de otros países en los que se han aplicado normativas similares y ha aumentado el volumen de juego ilegal.
Este mes ha sido clave, ya que desde el 1 de septiembre la publicidad en patrocinios deportivos y televisión ha desaparecido, lo que supone que muchos usuarios no se familiaricen con las marcas de apuestas deportivas.
Incapacidad para diferenciar operadores legales de ilegales
Esto puede derivar en que no sepan identificar nombres de casas de apuestas legales de otras que no lo sean. Además estas páginas ajenas a la legalidad van a jugar con cierta ventaja, ya que al no declarar ni pagar impuestos, van a tener un margen mayor para pagar premios lo que puede seducir al jugador.
El jugador que entre en una de estas páginas va a estar expuesto y será mucho más vulnerable.
Para justificar su hipótesis, Landaluce muestra el dato de los 800 millones de euros que se han jugado en webs ilegales desde el año 2011, y ahora sólo el 5% sigue con lo que la regulación del juego logró en gran medida solventar este problema.
El pronóstico de Landaluce es que ahora ese dato va a aumentar.
Dificultades para las marcas más pequeñas
Por otro lado aseguró que varias empresas de juego caerían ya que se precisa de un alto volumen de jugadores para obtener beneficios. Sucede que la apuesta media en España es de 5€ y que el retorno al jugador se acerca al 90%.
En este contexto los operadores más pequeños están perdidos en favor de los grandes que sí contarán con una gran afluencia de usuarios.
Respecto a la situación de desventaja que vive el juego privado, quiso exponer la incoherencia al ser una actividad que cuenta con 1 millón y medio de usuarios al año por los casi 25 millones que juegan en las loterías del estado.