Distintas fuentes de análisis de mercados y economía cifran en 80 millones de euros la cantidad que perdería el fútbol español, si es que finalmente Bruselas aprueba el decreto enviado desde el Ministerio de Consumo que dirige Alberto Garzón y cuyo fin es prohibir la publicidad de las apuestas deportivas. Algunos analistas hablan de 65 millones y otros que incluso se superarían los 100 millones, pero todos oscilan en torno a los 80 millones.
La publicidad y los contratos de patrocinio aportan al fútbol español unos 1.000 millones de euros, lo que supone casi la cuarta parte del total de lo que ingresa. Poniendo una comparativa, los derechos de televisión le suponen al fútbol unos 1.800 millones de euros.
Las casas de apuestas en nuestro fútbol
La presencia de las casas de apuestas en el fútbol es tal que de los 20 equipos que militan en la Liga Santander sólo la Real Sociedad no sostiene contrato con ningún operador de juego. Casas como Bwin, Betway, Marathonbet o Betfair, que hace unos años eran desconocidas para casi todos, ahora son frecuentes en las camisetas de los equipos de fútbol y baloncesto.
El proyecto se encuentra en manos de la Comisión Europea y se podría incluso aprobar en octubre si no se paraliza.
El organismo encargado de regular el juego en España, la Dirección General de Ordenación del Juego, indicaba que en 2019 la inversión en publicidad se acercó a los 180 millones de euros, casi el triple que en el año 2013.
Respuesta del sector del juego
JDigital, que trabaja en defensa del juego online, acusa a Garzón de atacar de forma directa al juego privado y pasar por alto lo que sucede en el juego público, en el que se utilizan incluso niños para extraer bolas de bombos.
A las pérdidas económicas relacionadas con esta prohibición de publicidad de apuestas deportivas se unen las derivadas de la pandemia, como ausencia de público en los estadios entre otros. La particular situación que vive el mundo, supondrá para la Liga española unos 300 millones de euros menos en ingresos, que podrían ser más si no se estabiliza la situación o se encuentra un remedio.
Los jugadores serían los grandes perjudicados al absorber la mayor parte de esas pérdidas en sus nóminas, y los traspasos por lógica de mercado pasarían a ser de menores importes.