El operador de juego Betfair, conocido entre los aficionados a las apuestas deportivas principalmente por ser líder en apuestas cruzadas o de intercambio, ha anunciado el cierre de la única plataforma de apuestas de este tipo con la que aún cuenta en Estados Unidos.
Se trata de la plataforma de New Jersey y el motivo es cuestión de números, que por lo visto no alcanzaron el crecimiento previsto desde su arranque en el año 2016 y han dejado de ser rentables para la compañía. El cierre de la plataforma de New Jersey está previsto para el día 1 de octubre.
Las apuestas cruzadas, un sello de Betfair
Betfair ha lanzado en diferentes estados, países y jurisdicciones, plataformas de apuestas cruzadas en los últimos 20 años, ofreciendo este modo de juego en el que la casa está especializada y es pionera.
Los usuarios demandan mucho este producto en el que unos usuarios pueden jugar de manera convencional y otros haciendo las veces de «la casa». Desde su aparición supusieron un auténtico éxito que rompió por completo el mercado de las apuestas deportivas.
Dennis Drazin, presidente de la compañía que opera el popular hipódromo de Monmouth Park en New Jersey, declaró lamentarse por el cierre ya que desde 2016 sostenían un acuerdo con Betfair por el que el operador de juego ofrecía apuestas cruzadas en las carreras allí celebradas.
En este caso las reglas del estado limitaban las apuestas a los ciudadanos allí residentes y a otros usuarios de Betfair aunque éstos perteneciesen a otras jurisdicciones.
Dennis Drazin aprovechó para hablar sobre las apuestas cruzadas, a las que considera una opción con muchísimo potencial que aportan al usuario la gran ventaja de depositar en él todo el control sobre la apuesta.
También comentó que posiblemente las apuestas de intercambio hubiesen cosechado mayor éxito si Monmouth se hubiese asociado con los hipódromos y agrupaciones de jinetes más importantes para favorecer esta forma de juego, pero el concepto del intercambio de apuestas no cuajó en el mundillo y siempre se topó con una oposición bastante firme.
Drazin ya como meras conjeturas aseguraba que si hubiesen tenido presencia en plazas más importantes como las pistas de Stronach en NY, California o Kentucky, las cosas seguramente hubiesen terminado de otra manera.
Un jugador es el apostante y otro jugador la casa
En el caso concreto de las carreras de caballos, el usuario que quiere apostar puede fijar la cuota que desée y otro jugador que esté dispuesto a hacer las labores de corredor, le aceptará la apuesta o no, o indicará su cuota para que ese jugador u otro distinto la use. Este sistema precisa de un elevado número de jugadores para que la práctica de apostar resulte fluída y los jugadores encuentren quienes cubran o acepten sus cuotas.
Este formato de apuestas se ha hecho muy popular en los países europeos, en los que el juego ha sido regulado de manera mayoritaria. Sin embargo en los Estados Unidos las cosas no han sido tan propicias para las apuestas de intercambio, que se han topado principalmente con el problema de las regulaciones de cada estado.
Esfuerzos de Betfair por asentar su modelo de apuestas
Betfair se hizo mediante una operación de compra con TVG, el canal de retransmisión de carreras de caballos allá por el 2009, en un intento de adentrarse con fuerza en el siempre complicado mercado estadounidense y presionar en favor de una legislación favorable a las apuestas de intercambio.
Tanto Nueva Jersey como California aprobaron la legalización de las apuestas cruzadas, aunque fue sólo Nueva Jersey quien permitió a Betfair operar a través de su plataforma en el estado.
La plataforma de apuestas cruzadas de Betfair en New Jersey apenas estaba comprendida por Monmouth Park, Woodbine y otras pistas de carreras de menor relevancia, y los apostantes al ganar pagaban comisiones cercanas al 12% del premio.
El Director de Operaciones de la empresa matriz de Betfair afirmó que mereció la pena intentarlo en 2016, y no muestra arrepentimiento alguno, aunque las cifras son las que son y el gasto de continuar sosteniendo la plataforma no justifica proseguir con ella.
Levin señalaba a varias razones para explicar que se halla tenido que llegar a este punto, como el grueso de la clientela acostumbrado a cierto tipo de apuestas y a las asociaciones de carreras de caballos de EEUU, que siempre se han mostrado reacios a adaptarse a otro modelo de negocio distinto al convencional.