Mikel Landa tiene 34 años y es el padre, y no sólo de un niño, sino de un concepto, el “landismo”, que se define así (“una forma de vida cuya máxima es divertirse, no el triunfo”) y que es como una corriente como pudo ser el “periquismo” o una generación literaria. Fue líder en todos los sitios en los que estuvo. Pero nunca ha ganado una gran Vuelta porque casi siempre le pasó algo a un tipo que se podría definir como algo raro o genial: una forma de pensar distinta. No siempre fue el mejor abogado de sí mismo, pero siempre tratamos de creer en él como el mejor, esperando algo grande de él, hasta esta misma edición de La Vuelta a España, en donde ha cogido los galones de mando y quiere dar una alegría a toda la afición al ciclismo en España.
En este artículo, queremos ofrecerte todos los datos y detalles interesantes sobre Mikel Landa, tanto para los seguidores y aficionados al ciclismo, como para los amantes del deporte en general.
Perfil de Mikel Landa
Y es que Mikel Landa es un deportista que está elevando el nivel del deporte y del ciclismo, junto a otros grandes como son Wout Van Aert, Sepp Kuss, Richard Carapaz o Primoz Roglic en su búsqueda por lograr el los mayores éxitos del ciclismo.
| NOMBRE Y APELLIDOS | Mikel Landa Meana |
| CUMPLEAÑOS | 13 de diciembre de 1989 (edad 34 años) |
| LUGAR DE NACIMIENTO | Murguia, Álava, España |
| NACIONALIDAD | Español |
| ALTURA Y PESO | 1.73 metros y 60 kilos |
| ESTADO CIVIL | casado |
| NIÑOS | 1 hijo |
| PAREJA | María Doe |
| EQUIPO ACTUAL | Rex Soudal Quick Step |
Mikel Landa, Primeros años y comienzos en el ciclismo
Mikel Landa Meana es el hijo de Pablo y de Conchi, y nació el 13 de diciembre de 1989, en Murguía, Álava, España, un pequeño pueblo de poco más de 1000 habitantes en el que se crió jugando y montando en bici con sus amigos, ya que, como él mismo cuenta, sus inicios con la bicicleta fueron en compañía de sus amigos de infancia, ya que estaban lo suficientemente lejos para no ir andando y lo suficientemente cerca como para ir en bicicleta a buscarse los unos a los otros. En esos años practicó también otros deportes, como la pelota vasca o el fútbol.
Con 13 años se apuntó al club ciclista de su pueblo, el Club Ciclista Zuyano, empujado por la afición existente al ciclismo, donde realizaría todo su paso por el ciclismo de base: infantil de segundo año (último de escuelas), dos años como cadete y otros dos como juvenil. Cuando pasó a la categoría juvenil fue cuando empezó a verse la calidad que atesoraba, ya que él mismo reconocía que hasta entonces no había destacado para nada en el ciclismo, que se conformaba con terminar las carreras. En el año 2007 venció la probablemente más prestigiosa prueba por etapas del calendario júnior, la Bizkaiko Itzulia, imponiéndose a corredores como Pello Bilbao o Igor Merino.
Mikel Landa, empieza a tomarse en serio la bici
Mikel Landa pasó al campo aficionado en las filas del Naturgas Energía en el año 2008, enmarcado dentro de la estructura de la Fundación Euskadi y filial del Euskaltel-Euskadi de categoría ProTour. Pero en esa primera temporada la fortuna no estuvo de su parte, y no consiguió ganar ni una sola carrera.
Pero la cosa cambió en la siguiente temporada, y en 2009 ganó en Soraluze, la Subida a Gorla, Trucios, y Murguía (la carrera de su pueblo natal). En el Torneo sub-23 finalizó sexto en la clasificación individual comandada por sus compañeros de equipo Xabier Zabalo y Jon Aberasturi, mientras que en la clasificación por equipos empataron a puntos en cabeza con el Caja Rural. Con sus triunfos se convirtió en uno de los elegidos por la Fundación para dar el salto al profesionalismo con su filial Orbea, de categoría Continental. Mikel Landa empezó a pensar que esto del ciclismo podía ser su forma de ganarse la vida, pero sobre todo de divertirse y pasarlo bien encima de la bici.
En 2010 debutó como profesional en el Orbea, de categoría Continental y también dependiente de la Fundación Euskadi. En agosto, cuando disputaba la Vuelta a Burgos, renovó su contrato con la Fundación por dos años para dar el salto al primer equipo, el Euskaltel-Euskadi.
Mikel Landa, como profesional
Ha militado deportivamente en equipos como Astana, Euskaltel, Sky, Bahrain, Movistar o Soudal Quick-Step y declara con humor haber sido “bastante chaquetero”. “La verdad, he pasado por muchos equipos y no me arrepiento de nada… me siento un afortunado por haber podido estar en los mejores equipos del mundo. He conocido a muchísima gente, y todos me han aportado algo. Lo primero de todo es que te quieran… ser parte importante, que te escuchen, que te necesiten. Y por supuesto que sea un equipo que te encaja, que sea un equipo que tiene los mismos objetivos que tú, que te puedan apoyar en el tipo de carrera que quieres disputar, pero sobre todo eso, que te quieran…”.
Precisamente, Iban Mayo, uno de esos ídolos de adolescencia, tiene una pregunta para nuestro invitado. “¿Qué resultado te gustaría conseguir a nivel individual… qué victoria has soñado… qué crees que todavía la puedes conseguir?”. Mikel es claro: “Mi carrera favorita es el Giro de Lombardía, una de las clásicas más antiguas. Si pudiese elegir una carrera, pues me encantaría ganar esa. Creo que todavía es posible, ¿por qué no? Y también me gustaría acabar este año con un podio en La Vuelta. Es un objetivo muy ambicioso, pero a nivel individual es algo que me gustaría”.
Mikel Landa, ¿qué es el “landismo”?
Mikel Landa es un corredor de los que genera atracción, simpatía, como le sucede a un histórico del ciclismo mundial, como es Perico Delgado, y lo tiene claro. “Héroes, superdeportistas, hay muy pocos y la mayoría de la gente no nos vemos reflejados en ellos porque son, eso… superhéroes. Yo creo que a otro tipo de corredores nos pasan cosas buenas, pero también cosas malas. Nos caemos, nos levantamos… la gente se ve más reflejada en nosotros. Sí, quizás eso genere más empatía”, explica. Pero ese hecho no se le sube a la cabeza, “es cierto que a veces te sorprende… dices, ¡qué dimensión está cogiendo esto! Pero la mayoría de veces… con mucho cariño, con mucho humor. Y respeto, lo agradezco mucho y es algo que que me divierte y me agrada”.
Landa es querido por una legión de fans, con un movimiento que ha cristalizado como Landismo, una de cuyas señas de identidad es atacar la carrera “agarrando de abajo”, por su postura en la bici, que tanto emociona a sus fans, como el hostelero Moris, que interviene en el podcast desde Legutio (Alava). “Me salió muy natural, agarrarme abajo… iba más cómodo, podía hacer más fuerza en esos momentos”, añade. Esa habilidad para ascensos y descensos, tiene su explicación: “Cuando era cadete o juvenil solíamos ir a correr mucho a Gipuzkoa y nos ponían unos, puertos siempre al final. Mi aita (padre) me enseñó Garrastatxu recién asfaltado, y me enseñó a bajar. Años más tarde, ya cuando era profesional pusieron ahí un final de etapa… venía de un invierno muy malo… había tenido alguna lesión, y prácticamente en la primera carrera del año, voy y gano”.
Mikel Landa y la música
A Mikel Landa el colectivo musical navarro Suakai hizo un tema al ritmo de su corazón: “Me propusieron hacer una canción utilizando mi ritmo cardíaco como metrónomo, como marcador del ritmo de la canción, y al mismo tiempo esa canción me tenía que ir motivando e ir subiendo mis pulsaciones para llegar al punto más alto”.
“Me gustó mucho la idea, y creo que quedó muy bonito”. No es su única relación con la música, ya que toca la trikitixa (un acordeón diatónico típico del folklore vasco). “Estudié piano y el teclado de la triki lo podía descifrar… el confinamiento dio para mucho”, apostilla con humor.
Además, Mikel compara las estructuras de los equipos por los que ha pasado. “Al final se trata de dar lo mejor a los corredores… hay un manager general, directores, diferentes departamentos como médicos, preparadores, nutricionistas, masajistas y mecánicos y luego los corredores… donde hay más dinero hay más medios, más mecánicos, más masajistas… mejores viajes, mejores conexiones de vuelos o el mejor material. Pero esto se resume en lo mismo, dar pedales lo más rápido posible y al final al corredor casi nunca le falta de nada, estés en un equipo o en otro… al final hay 150 chalados intentando pasar primero por meta”.
