Mikel Arteta nació en 1982 en San Sebastián, una ciudad donde el fútbol se respira en cada esquina. Desde chiquillo, le daba al balón en la playa de la Concha con los chicos del barrio. Ahí arrancó su historia. No pasó mucho tiempo hasta que los cazatalentos se fijaron en él.
El Antiguoko, un club local conocido por sacar perlas, lo acogió en sus filas. Pero España no fue su destino final. Con 15 años, el Barcelona lo fichó para La Masía pero su etapa en el Barça fue breve. Ni siquiera llegó a debutar con el primer equipo. El fútbol tenía otros planes para él. ¿Quién iba a pensar que ese chaval tímido se convertiría en una figura del fútbol inglés?
Un viaje por Europa que lo marcó
Arteta dejó España pronto. El Paris Saint-Germain lo llamó con apenas 19 años. En Francia, jugó poco, pero aprendió mucho. Luego llegó el Rangers escocés, donde levantó su primer título, la liga de 2003. Su estilo elegante, con visión y toque, empezaba a brillar.
Después, el Everton lo llevó a Inglaterra. En Liverpool se asentó. Seis temporadas como eje del mediocampo lo convirtieron en un favorito de la grada. En 2011, el Arsenal pagó por él. Allí, como capitán, ganó dos FA Cups. Los fans aún recuerdan su clase con el balón. Su carrera como jugador fue un periplo europeo que lo curtió para lo que vendría después.
El aprendiz que superó al maestro
Dicen que Pep Guardiola ve el fútbol como un tablero de ajedrez. Arteta fue su discípulo más aplicado. Cuando colgó las botas en 2016, Pep lo quiso a su lado en el Manchester City.
Durante tres años, Mikel absorbió cada detalle del genio catalán. Estrategia, presión alta, control del juego. Todo eso lo lleva ahora en su ADN como entrenador. En 2019, el Arsenal lo llamó para sacarlo del barro. Lo logró. En 2020, ganó la FA Cup como técnico.
Hoy, los hinchas del Arsenal lo ven como el hombre que devolvió la esperanza. Algunos incluso creen que ya supera a Guardiola en ciertas cosas. El tiempo tiene la última palabra.
Una vida fuera del césped que sorprende
Fuera del campo, Arteta es más que fútbol. Tiene una familia que muchos envidian. Viven en Londres, pero mantienen raíces fuertes en España. Mikel también es un tipo culto y los fans lo adoran por su cercanía. A veces lo ven paseando por el barrio, siempre con una sonrisa. Su vida personal es un reflejo de su disciplina en el banquillo. Todo encaja.
Cinco pinceladas que definen a Arteta
Aquí van algunos datos que pintan al personaje. Son cosillas que hacen ver al Arteta de carne y hueso, más allá del césped.
- De pequeño, su gran amigo era Xabi Alonso. Juntos corrían tras el balón en las playas de San Sebastián.
- Domina seis idiomas. Español, euskera, inglés, francés, catalán e italiano le salen con naturalidad.
- Su esposa es Lorena Bernal, una ex Miss España que brilla como actriz y modelo.
- En su etapa de jugador, apostó por los psicólogos deportivos en el vestuario, algo que pocos hacían entonces en la Premier.
- En 2020, marcó un hito al ser el primer técnico de la Premier League en pillar el COVID-19. Aquello paró la liga en seco.
El hombre que cambió el Arsenal
Cuando Mikel Arteta aterrizó en el banquillo del Arsenal, el club estaba perdido. Temporadas flojas, la afición harta y los jugadores dando tumbos sin dirección. Pero él llegó y puso las cosas en su sitio. Con carácter y las ideas claras, le dio la vuelta al equipo. La FA Cup de 2020 fue el primer aviso, un trofeo que levantó ánimos.
Ahora, anda metido de lleno en la pelea por la Premier League, desplegando un fútbol que gusta verlo. Los seguidores, que al principio arrugaban la nariz, hoy lo tienen en un pedestal. En Inglaterra ya lo ven como una leyenda que aún está creciendo.
Su etapa de futbolista, con clase y liderazgo, y lo que hace ahora desde la banda lo respaldan. ¿Hasta dónde puede llevar al Arsenal? Nadie tiene la respuesta, pero lo que se ve en el horizonte promete. El equipo juega con chispa y él dirige con temple. Pocos dudan ya de su mano.