Jan Oblak se ha consolidado como uno de los guardametas más reconocidos del fútbol europeo, destacándose por su seguridad bajo palos y su constante evolución en cada temporada. Su camino hacia el éxito estuvo marcado desde muy joven por la influencia de su padre, quien le mostró el camino y le transmitió valores que lo han acompañado a lo largo de su carrera. A continuación, se presentan cinco datos que ayudan a comprender mejor la trayectoria y la personalidad de este deportista.
La influencia paterna en sus inicios
Todo comenzó en Škofja Loka, un pueblo esloveno de calles empedradas y tradiciones deportivas. Matjaž Oblak, padre de Jan, era portero amateur en el equipo local, y cada entrenamiento se convertía en una clase magistral para su hijo. “Me tiraba a los lados que él lo hacía, sin balón, solo copiando sus movimientos”, recuerda Jan sobre aquellos días en los que, con solo tres o cuatro años, ya imitaba las paradas de su progenitor tras la portería.
Aunque Matjaž nunca lo presionó para seguir sus pasos, su influencia fue decisiva. “Mi primer ídolo fue él. Quería ser como mi padre”, confesó el guardameta en una entrevista. Esta admiración lo llevó a unirse al NK Ločan a los seis años y, posteriormente, a las inferiores del Olimpija Ljubljana tras ser descubierto durante un partido de fútbol sala en el que jugaba su padre.
60 kilómetros en bicicleta para entrenar
A los 10 años, Oblak enfrentó su primer gran desafío: llegar al centro de entrenamiento del Olimpija desde su pueblo natal, ubicado a 30 kilómetros de distancia. Sin transporte disponible algunos días, pedalear se convirtió en su rutina:
- 1,5 horas de ida y 1,5 horas de vuelta en bicicleta, incluso bajo la nieve invernal.
- Trayectos que realizaba con un balón en la mochila, según relató a FourFourTwo.
Su familia también contribuyó: su madre y padre ajustaron horarios laborales para acompañarlo, mientras su hermana Teja —futura internacional de baloncesto— lo entrenaba disparándole al arco durante los descansos. “Mi sueño era ser futbolista. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera”, afirmó Oblak sobre esa época.
Debut profesional a los 16 años
En 2009, con el Olimpija en segunda división, ocurrió un gesto inusual: Robert Volk, portero titular y entrenador de arqueros del equipo, renunció a su puesto al ver el talento de Oblak. “Este chico es mejor que yo”, declaró Volk, quien tenía 27 años más que el adolescente.
Así, con 16 años y 44 días, Oblak debutó profesionalmente. Jugó con compañeros que doblaban su edad, pero su mentalidad lo equiparó rápidamente: “En la cancha tenía que pensar como un adulto”, explicó. En casa, sin embargo, seguía siendo un adolescente que jugaba videojuegos con amigos.
De Portugal a Madrid
El paso por el Benfica (2010-2014) fue clave, pero no inmediato. Oblak pasó tres años cedido en equipos portugueses menores como el Río Ave, donde apenas jugó. Todo cambió en 2013. Una lesión del titular le dio la oportunidad, y respondió atajando en 19 de 25 partidos para lograr el triplete liguero.
En 2014, el Atlético de Madrid lo fichó por 16 millones de euros, cifra récord para un portero en La Liga. Aunque comenzó como suplente, su actuación en la Champions League ante el Bayer Leverkusen (2017) —con tres paradas consecutivas en segundos— lo consolidó como titular absoluto.
Récords y legado
La historia de Oblak no es solo la de un deportista de élite: es un homenaje a los padres que inspiran sin imponer, a los mentores que ven potencial donde otros no, y a la perseverancia de un niño que pedaleó hasta convertir sus sueños en realidad. Oblak ha redefinido la excelencia en España:
- 5 Trofeos Zamora (récord compartido), incluyendo una temporada (2015/16) con solo 18 goles encajados en 38 partidos.
- 100 porterías a cero en La Liga alcanzadas en 182 juegos —récord histórico.
- 8 veces Jugador Esloveno del Año y nominado al Balón de Oro en 2017 y 2018.
Su estilo sobrio y su capacidad para “leer el juego desde atrás” —como destacó Diego Simeone— lo han convertido en símbolo del Atlético. Aunque su selección (Eslovenia) aún busca protagonismo, su participación en la Euro 2024 reforzó su leyenda nacional.