Tema subjetivo y personal si los hay, en el ámbito de las apuestas y el juego en general. En materia de sistemas, tácticas y estrategias, no existen verdades absolutas ni fórmulas mágicas que garanticen el éxito.
Cada apostante tiene sus maniobras, sus habilidades y sus formas a la hora de diagramar esa difícil misión que constituye ganarle, al menos por un rato, a la casa de apuestas.
Lo que está claro es que un buen jugador debe tener sus estrategias y seguirlas con cierta constancia, ya que aferrarse únicamente a intuiciones y sensaciones conducirá casi ineludiblemente hacia el fracaso.
Sistemas de apuestas deportivas – Subcapítulo |
Las alternativas son prácticamente infinitas y por supuesto que varían en función de los deportes y los tipos de apuestas.
Si de deportes se trata, no es novedad que el fútbol se impone absolutamente desde la popularidad, lo que a su vez hace que abarque una buena parte del abanico de estrategias.
Algunos sistemas tradicionales
Al igual que el Criterio de Kelly, mencionado unos capítulos atrás, existen otros tantos sistemas de apuestas deportivas, los cuales han logrado consolidarse y ganar reconocimiento con el paso del tiempo.
En ese sentido, la Martingala, con sus adeptos y sus detractores, es una fija. Famosa en la ruleta, trasladada al fútbol, por ejemplo, una variante consiste en elegir una liga y un equipo que registre un alto número de empates.
A partir de ello, se apuesta por el empate de dicho equipo en los partidos consecutivos que resulte necesario, duplicando el monto en caso de perder y regresando a la apuesta inicial al ganar.
Para contrarrestar la Martingala, surge el Sistema de Paroli, también conocido precisamente como Anti-Martingala. La gran diferencia con respecto a la Martingala radica en que la apuesta se mejora luego de ganar y comienza nuevamente después de perder.
El punto positivo más importante de esta táctica tiene que ver con que se apuestan constantemente las ganancias, por lo que, al contrario de lo que sucede con la Martingala, no hace falta una gran banca para sostenerla.
El Sistema de Paroli es ideal para cuotas más bien bajas, dado que los mayores beneficios florecerán de las buenas rachas.
Los amantes de las matemáticas y partidarios de apostar por los favoritos suelen simpatizar por la Sucesión de Fibonacci.
Este curioso y antiguo sistema es perfectamente adaptable a las apuestas deportivas, apoyado en esta progresión de números: 1-2-3-5-8-13-21-34. Se empieza apostando 1 unidad, al tiempo que se salta al número siguiente tras la derrota y se dan dos pasos hacia atrás cuando se gana.
Con esta estrategia, el peor escenario se daría perdiendo 8 jugadas consecutivas (34 unidades).
Otras variantes concretas
La doble oportunidad: esta modalidad es interesante para aquellos apostadores con paciencia y sin ansiedad de querer dar el gran golpe. Naturalmente, sólo es válida para eventos con tres resultados posibles y también hay que tener en cuenta que las cuotas se reducen.
Es lógico. Sin embargo, puede ser un sistema rentable en el largo plazo. El fútbol es el deporte indicado para las apuestas con doble oportunidad. Un ejemplo: en un partido entre Chelsea y Arsenal, una buena jugada podría ser ‘Chelsea o empate’.
Gestión lineal: sobre todo para apostantes principiantes, lo más recomendable es apostar como máximo un 5% del bankroll. Esto significa que, dependiendo de la confianza depositada en la apuesta, se puede poner en juego entre el 0.5% y el 5% del total del banco.
Una inversión medida y razonable es del 2.5%, con lo cual superar el 3% estaría permitido únicamente para grandes oportunidades.
Este sistema requiere calma, entereza, serenidad y constancia, ya que sus resultados sólo se perciben a largo plazo.
Apostar la mitad de las ganancias: otra táctica que prioriza el orden y la buena administración del banco. Suponiendo que comenzamos con 200 euros, ese monto se divide en cuatro. Entonces apostamos 50 euros a un favorito claro (Real Madrid, Barcelona, Bayern Múnich).
Con una cuota de 1.30, por ejemplo, obtendríamos 65 euros brutos y 15 de ganancia. Precisamente de esos 15, se toma la mitad (7.5) y se empieza de cero, ya con una idea un poco más ambiciosa y arriesgada.
Más allá de que siempre es posible perder todo, es probable que se vean buenos resultados.
Visitantes exitosos: basta con repasar las cuotas en una jornada común de cualquier liga de fútbol del mundo para comprobar que los locales son casi siempre amplios favoritos previos. Sin embargo, las reglas están hechas para que una excepción las rompa y aquí entra en juego el ojo y el análisis del apostante.
Cuando un torneo está promediando, el terreno suele estar marcado y resulta más sencillo acertar una victoria visitante. Lo importante es realizar un minucioso estudio. Hay equipos que, por presión o por otros motivos, rinden mejor fuera de casa; sólo hay que detectarlos.
Over cuando juega un gran favorito: los partidos de fútbol en los que existe una diferencia muy grande entre un equipo y otro constituyen la opción perfecta para apostar a que se convierten más de 2.5 o más de 3.5 goles. Generalmente, en estos casos, las casas de apuestas ofrecen cuotas atractivas (1.50 o 1.60).