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Apuestas deportivas: explicación

Apuestas deportivas - explicación

En la actualidad, el concepto de apuestas deportivas está lo suficientemente arraigado como para que gran parte de la población tenga al menos una idea acerca de qué se trata.

Con su origen en el Reino Unido, con las carreras de caballos como una de las actividades más antiguas y populares, las apuestas deportivas hoy se han logrado instalar en todo el mundo, más allá de que las cuestiones relativas a la regulación varíen en función de cada país.

Básicamente, una apuesta deportiva es la realización de un pronóstico en torno a un evento deportivo puntual. Y esto conlleva arriesgar determinada cantidad de dinero por el resultado elegido.

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Cuándo se puede ganar

Si el título de este apartado fuera una pregunta, la respuesta sería “siempre”.

Aunque suene optimista, es mucho más realista que optimista. Claro que, en el medio, entra en juego una enorme cantidad de factores.

Hay varias medidas que se pueden tomar para incrementar las posibilidades de éxito y pasan esencialmente por estudiar el evento escogido, informarse en todo lo posible y también afilar la intuición.

Aunque ésta pueda fallar, los presentimientos muchas veces están en lo cierto, incluso cuando no hay argumentos claros a la vista.

Hay que saber que ganarle a la casa de apuestas es un trabajo tan largo como complicado, el cual requiere paciencia, orden, inteligencia e investigación. Se trata de compañías muy poderosas a nivel mundial que cuentan con bases de datos constantemente actualizadas, tecnología de avanzada y profesionales de jerarquía.

Con semejante logística, resulta verdaderamente difícil que se les escape algún detalle.

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Cómo hacen dinero las casas de apuestas

Al efectuarse el balance de fin de año, encontramos que todas las casas de apuestas obtienen millones de euros en beneficios. Los apostantes ocasionales, que en definitiva forman parte de la mayoría, constituyen el gran motor de las ganancias para los operadores.

Ganar con las apuestas deportivas implica conciencia a la hora de manejar el dinero, conocimiento de las diferentes alternativas para apostar y análisis, aptitudes que muy pocos jugadores tienen.

Irremediablemente, esto último deriva en buenos resultados para las casas de apuestas, que aprovechan ciertas incapacidades de los usuarios para controlar situaciones adversas.

En una mala racha, lo peor que puede hacer un apostante es obsesionarse con recuperar las pérdidas con urgencia. A corto o largo plazo, esto lleva a empeorar las circunstancias.

Por supuesto que las cuotas de apuestas hacen el resto.

Aún en el evento que presente mayor paridad en la previa, sobre todo en los que sólo hay dos opciones para apostar (baloncesto o tenis, por ejemplo), las casas de apuestas tienen a favor el margen de beneficios, que en el peor de los casos oscila entre 0,05 y 0,20.

Además, los montos que se ponen en juego son previstos por especialistas que, a partir de ello, les dan forma a las cuotas. Paralelamente, las sorpresas suelen ser financiadas por quienes apostaron por el favorito y viceversa.

Apostar según el deporte

Si bien es posible apostar en un sinfín de deportes, lo ideal siempre es hacerlo en los que resultan familiares. Apostar desde el desconocimiento es un error garrafal y frecuente en muchos novatos que simplemente apuestan porque sí.

Al menos en el comienzo, se recomienda elegir no más de dos o tres deportes y centrarse en ellos. Y a la larga, lo mejor puede ser especializarse en uno.

El fútbol es, indudablemente, el deporte más popular en casi todo el mundo. También es el que genera mayor movimiento de dinero. Claro, esto no significa que sea el más rentable. Entre los populares, el tenis y el baloncesto son dos alternativas para tener en cuenta.

La diferencia fundamental entre el primero y los otros dos es la cantidad de opciones para apostar. Tres, en el caso del fútbol. Dos, para el tenis y el baloncesto.

El hecho de que siempre haya un ganador aumenta las probabilidades de ganar. Por supuesto que los amantes del fútbol dedicarán su tiempo al juego que les apasiona, pero también vale mirar un poco más allá si el objetivo es hallar una actividad provechosa.

En cualquiera de los casos, obtener beneficios de las variaciones de las cuotas también puede ser determinante en los resultados.

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Casas de apuestas: físicas y online

Es innegable que, durante los últimos tiempos, las casas de apuestas online han ganado muchísimo terreno. Pese a ello, las dos variantes tienen sus ventajas y las compañías están continuamente buscando motivos para que las físicas sigan presentándole batalla a las online.

Éstas últimas ganan principalmente en variedad, comodidad (se apuesta desde cualquier lugar y a cualquier hora) y en la posibilidad de apostar con muchísima anticipación.

Mientras tanto, las apuestas presenciales tienen a favor el anonimato (no es necesario registrarse) y el asesoramiento personal directo.

En los dos casos, el apostante puede acceder a un alto nivel de información con respecto a un evento puntual, aunque da la sensación que, vía Internet, siempre es posible alcanzar una mayor cantidad de datos.

Al día de hoy, los terminales de apuestas que se encuentran en las tiendas están tecnológicamente muy avanzados y brindan un servicio absolutamente sólido en todo sentido. Estos lugares son los indicados para aquellos apostantes que priorizan el entorno al momento de realizar sus apuestas.