Las apuestas con cuotas más altas son las más atractivas para el usuario, ya que con una inversión mínima pueden ofrecer gananciales potenciales bastante elevadas.
Sin embargo, a modo de contraprestación, los eventos de estas cuotas tiene un porcentaje de acierto mucho más bajo de lo normal, lo que en la práctica se traduce en que resultan muy complicadas de acertar.
En este artículo vamos a explicaros qué beneficios e inconvenientes traen consigo las cuotas altas en las apuestas deportivas y cuál puede ser la mejor manera de gestionarlas.
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¿Qué son las cuotas en las apuestas deportivas?
La cuota en las apuestas deportivas es el beneficio que obtienes por cada euro apostado, el cual, es proporcionado por las casas de apuestas.
En este caso, las cuotas de cada evento son establecidas por las casas de apuestas en función de 2 factores principales:
- Datos estadísticos. Las variables que pueden intervenir en el resultado de un partido (historial del equipo en casa y fuera, jugadores lesionados, el H2H…).
- Margen de beneficios. El beneficio que pretende obtener la casa de apuestas por cada pronóstico que se realice a ese evento.
La combinación de estos 2 aspectos es lo que permite configurar todas las cuotas de cualquier evento deportivo.
¿Conviene apostar a las cuotas más altas en apuestas deportivas?
La respuesta corta es no. La larga es sí pero con matices. En el momento en el que se decide hacer un pronóstico deportivo y se consultan las cuotas que se ofrecen para los distintos mercados de, por ejemplo, un partido de fútbol, es recomendable no dejarse llevar por las cuotas más altas, ya que éstas son las que más riesgo presentan y, por lo tanto, las que tienen un porcentaje mayor de fracaso.
Así pues, lo recomendable es optar por cuotas más bajas, es decir, aquellas que se encuentren en un rango de entre 2.00 y 4.00, ya que éstas nos presentan eventos de menor riesgo y, por tanto, más posibilidades de acertar.
¿Cómo apostar a cuotas altass?
Para ganar apuestas deportivas con cuotas altas hay que prepararse previamente. Si estamos hablando de un partido de fútbol, hay que recopilar y analizar multitud de datos estadísticos que nos ayuden a crear una imagen del partido en cuestión, es decir, cómo se desarrollará y sobre qué eventos hay posibilidades de que finalmente se produzcan.
En este caso, este análisis debe servirnos para comprobar, de forma previa, el porcentaje de éxito que puede tener el evento de cuota alta por el que pretendemos apostar.
Ejemplo: Pronóstico ambos equipos marcarán en la 1ª parte [cuota 9.00]. Se trata de una apuesta, en principio, bastante arriesgada pero que ofrece una cuota altísima. No obstante, si los dos equipos que se enfrentan arrastran una dinámica muy goleadora, especialmente en los primeros 45 minutos y, además, los duelos H2H suelen ser también muy goleadores, entonces tendremos que, realmente, la apuesta no es tan arriesgada como parece, aunque ningún dato puede garantizar que cierto evento o resultado se repita con seguridad.
Por último y al tratarse de un deporte, el factor azaroso de la suerte es un elemento que no podemos controlar pero que resulta fundamental, ya que en un encuentro de fútbol pueden suceder multitud de circunstancias que cambien el rumbo de un partido que parecía decidido (goles fallados a portería vacía, expulsiones estúpidas, goles en propia puerta…).
¿Por qué no conviene hacer apuestas altas?
Las apuestas con cuotas altas no son recomendables porque son muy arriesgadas, ya que cuanto más elevada sea la cuota mayor riesgo habrá en esa apuesta, y menor será el porcentaje de éxito.
Sin embargo, tampoco deben ser descartadas por completo. Otra opción puede ser alternarlas con otras realizadas a eventos más seguros, de modo que lo que podemos perder también podamos recuperarlo.
En definitiva, la clave de las apuestas con cuotas altas estará en el análisis previo, ya que será éste el que nos indique cuál es el mejor partido para apostar por este tipo de pronósticos.